Las uvas
Tres variedades de las cuales se producen una variedad de vinos Lambrusco con ¡carácter reconocido a nivel mundial!
Lambrusco de Sorbara
Es una variedad de viñedos autóctonos de origen antiguo, que deriva de la domesticación de cepas selváticas conocidas como “uzeline” o “oseline”. Esta cepa debe el propio nombre a la parte de Sorbara localizada en el municipio de Bomporto localizado en la región de Módena. El fenómeno de corrimiento o millerandage (por el cual los racimos no maduran quedando de tamaño extremadamente pequeño a causa de una anomalía de la cepa) es una característica particular que distingue al Lambrusco de Sorbara de otros Lambruscos. La producción es siempre bastante limitada y en algunos años bastante “tacaña” sin embargo la reducida cantidad se compensa por el elevado y excelente nivel de calidad.
Lambrusco Grasparossa
Cepa italiana de vigor medio que se ha adaptado al ambiente de las colinas con terrenos arcillosos-calcáreos. Esta cepa autóctona de Emilia Romana y difundida principalmente en la zona de Castelvetro, debe su nombre al color característico de sus hojas y tallos. Su maduración es relativamente tardía, al punto que en un momento dado la cosecha se posponía al inicio de Noviembre y a veces aún mas tarde. Esta cepa es particularmente óptima para la producción de vinos de aguja armoniosos y de buen cuerpo.
Lambrusco Salamino
El Lambrusco Salamino es originario de la zona de Carpi, localizada al noroeste de la provincia de Módena. También se cultiva en terrenos localizados en la parte más baja de esta misma provincia. Cepa de gran vigor, de elevada producción y con racimos de forma cilíndrica y cónica extremadamente compactos. El Salamino madura ligeramente tarde por lo que se cosecha alrededor del final de Septiembre. Este Lambrusco se produce pensando en consumidores jóvenes por lo que también se produce en la versión amable y de aguja.